Las comunidades indígenas del Alto Madre de Dios avanzan con firmeza en el fortalecimiento de la vigilancia y protección de sus territorios

Las comunidades indígenas del Alto Madre de Dios avanzan con firmeza en el fortalecimiento de la vigilancia y protección de sus territorios

Madre de Dios. – Entre el 21 de octubre y el 7 de noviembre, el equipo del Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico (CEDIA) llevó a cabo una serie de actividades destinadas a consolidar la organización interna y la defensa de los recursos naturales en cuatro comunidades nativas: Palotoa Teparo, Shipetiari, Diamante y Santa Rosa de Huacaria, en las regiones de Cusco y Madre de Dios. Estas acciones forman parte del proyecto “Consolidación del Territorio Indígena del Alto Madre de Dios en la Región Megadiversa del Manu”.

El propósito principal del proyecto es garantizar que estas comunidades estén mejor preparadas para enfrentar amenazas externas, como la tala ilegal y otras amenazas a sus recursos y territorios. Para ello, se desarrollaron talleres participativos centrados en la sensibilización, la conformación de Comités de Vigilancia y Control Comunitario (CVC), y la elaboración de sus reglamentos internos. Este enfoque permitió a cada comunidad definir normas específicas adaptadas a sus realidades y desafíos particulares.

Foto: CEDIA. La C.N. Palotoa Teparo participa de taller con el acompañamiento el CEDIA.

Un logro destacado durante esta jornada fue la conformación de los CVC en las comunidades de Diamante y Santa Rosa de Huacaria, lo que completa la red de vigilancia en las cuatro comunidades beneficiarias del proyecto. Esta red indígena de control territorial marca un avance significativo, no solo en la protección de los territorios comunales, sino también en la consolidación de estructuras organizativas capaces de responder de manera efectiva a las actividades ilegales en la zona; las mismas que pueden escalar a otros mecanismos de control territorial articulados con las organizaciones indígenas locales y regionales.

En Santa Rosa de Huacaria, el trabajo incluyó la revisión y actualización parcial del estatuto comunal. Este proceso, que contó con la participación activa de los miembros de la comunidad, resultó en un documento renovado que responde mejor a las necesidades actuales de la población y fortalece su capacidad de gestión interna.

Las actividades también propiciaron una mayor articulación entre las comunidades y otras instituciones clave. En coordinación con el Parque Nacional del Manu, las comunidades Shipetiari, Palotoa Teparo y Santa Rosa de Huacaria, vecinas al área protegida, recibieron el reconocimiento y la acreditación de sus CVC por parte de la Jefatura del Parque. Este respaldo institucional refuerza el rol de las comunidades como actores fundamentales en la protección del territorio y la biodiversidad.

Foto: CEDIA. La C.N. Diamante en taller a cargo de los especialistas del CEDIA

Además, se llevaron a cabo reuniones con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, centradas en la actualización del Plan de Vida de Santa Rosa de Huacaria y en la planificación de acciones conjuntas para la protección de Poblaciones en Contacto Inicial presentes en la zona. Estas coordinaciones demuestran el compromiso de las instituciones en trabajar de la mano con las comunidades para abordar desafíos comunes.

Al respecto, David Rivera, coordinador del proyecto, indicó que el impacto de estas iniciativas es palpable. Las comunidades no solo fortalecen su organización y capacidades, sino que también renuevan su confianza en las instituciones que las acompañan, fomentando así  un sentido de responsabilidad compartida hacia la conservación de sus recursos naturales y el resguardo de su identidad cultural frente a los retos ambientales actuales.

El proyecto tiene previsto continuar con más actividades en las próximas semanas, con nuevas visitas y capacitaciones para los integrantes de los CVC, enfocadas en vigilancia y gestión ambiental, articulando esfuerzos con la organización indígena regional y las autoridades en materia forestal y de fauna silvestre de las regiones de Cusco y Madre de Dios. Estas actividades serán fundamentales para consolidar aún más la red de vigilancia y garantizar que las comunidades puedan ejercer con seguridad y confianza las funciones encomendadas.

A través de este esfuerzo colectivo, las comunidades indígenas del Alto Madre de Dios reafirman su papel como guardianas de uno de los paisajes más biodiversos del mundo, demostrando que la organización y el compromiso son herramientas esenciales para la protección de sus territorios y su cultura originaria.

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