Iquitos.- Líderes y lideresas de 31 comunidades indígenas y campesinas de las cuencas de los ríos Amazonas, Napo, Itaya, Nucura, Pavayacu y Marazón, situadas en la región Loreto, se reunieron el pasado 11 de diciembre en el auditorio del Gobierno Regional de Loreto para presentar públicamente sus planes de vida ante funcionarios de las diferentes entidades públicas y privadas de la región, con el objetivo de visibilizar los resultados del diagnóstico situacional de sus comunidades y las acciones previstas en sus planes operativos para mejorar sus condiciones de vida, las mismas que requieren de una fuerte articulación con estas instituciones.
En ese sentido, al contener información importante sobre la situación actual de las comunidades indígenas en los diferentes ámbitos de su vida comunal, las acciones previstas para generar un cambio positivo y la identificación de aliados estratégicos para alcanzarlo, los planes de vida resultan ser un instrumento de gestión valioso, no solo para las comunidades que establecen un norte y una proyección planificada a 10 años; sino también para las entidades del estado, que tienen el deber de diseñar y ejecutar políticas públicas, de acuerdo a la necesidades reales de su población, con el objetivo de promover el desarrollo económico social de cada región.
La elaboración de estos 31 planes de vida se inició durante el primer trimestre del 2024 con la participación de todos y todas las integrantes que conforman cada comunidad, quienes durante los talleres realizados por las y los especialistas del CEDIA, tomaron acuerdos que terminaron plasmados en este documento de gestión comunal.
Al respecto, durante su presentación, Keymler Tapayuri Chota, representante de la Organización Regional de Desarrollo de los Pueblos Indígenas de Alto Amazonas (ORDEPIA) destacó que los planes de vida son una herramienta muy útil para las comunidades: “el diagnóstico nos permite darnos cuenta cómo estamos, qué es lo que necesitamos, pensando en el futuro; además nos permite plantear a las autoridades aliadas las acciones estratégicas que necesitamos que ejecuten en educación, salud y manejo económico”, enfatizó el líder kukama kukamiria.
Durante la presentación, las y los representantes de las comunidades expusieron sus demandas por cada ámbito de su vida comunal (cultura e identidad, bienestar comunal, gestión de recursos naturales, organización y economía comunal). En el ámbito “cultura e identidad”, se evidencia en la mayoría de casos la pérdida paulatina de su lengua originaria y otras prácticas culturales; sin embargo, se evidenció el ímpetu de implementar acciones que les permitan extender el uso de su lengua a nivel intergeneracional y fortalecer sus prácticas ancestrales de orígenes Kukama, Yagua, Kiwcha, Kandozi/quechuas, Murui y Ticuna, a través de manifestaciones como la música y las danzas, teniendo como aliada al Ministerio de Cultura y otras organizaciones que les ayuden a implementar campañas de sensibilización y desarrollo.
En el ámbito “bienestar comunal”, los expositores evidenciaron, entre muchas otras problemáticas, el mal estado de la infraestructura de mucha de las instituciones educativas; además en la mayoría de las comunidades no cuentan con todos los niveles de educación, limitando la educación de las y los niños, sumado a la mala calidad de la enseñanza. Referente al servicio de salud, el diagnóstico arrojó que el 50% de las comunidades no cuentan con un agente de salud, y la mayoría no cuenta con un local para su atención ni con el abastecimiento adecuado de medicinas. Adicionalmente, un problema que afecta a las comunidades del Marañón y es una preocupación patente para las comunidades, es la contaminación del agua de las quebradas y ríos producto de la contaminación por petróleo.
Para atender estos y otros problemas de servicios básicos e infraestructura, las comunidades exigen una mayor presencia de la entidades competentes; así mismo han planteado gestionar la ejecución de acciones concretas junto a las municipalidades locales, defensoría del pueblo, Reniec y las gerencias regionales.
En cuanto al ámbito “recursos naturales”, los planes de vida han evidenciado una pérdida gradual de los recursos naturales con los que contaban en sus territorios comunales; así, específicamente en la cuenca del Amazonas que, aún cuentan con recursos forestales maderables y no maderables, y diversidad de animales, las y los comuneros han observado una disminución progresiva de algunas especies como el majás y la huangana; en la cuenca del Marañón también se ha evidenciado la pérdida del recurso forestal maderable, de fauna silvestre y peces. Ante esta situación, las comunidades se han organizado para mejorar sus prácticas de uso y consumo; sin embargo requieren mejorar sus conocimiento y habilidades, a través de talleres especializados para aprovechar de forma sostenible sus recursos y preservarlos para sus futuras generaciones.
Las comunidades se vienen organizando para implementar acciones que les permitan mejorar su calidad de vida y se han organizado de acuerdo las normas que el Estado ha establecido, así en el “ámbito de la organización comunal”, se ha puesto en evidencia que todas las comunidades se encuentran inscritas en SUNARP; cuenta con sus juntas directivas, estatutos comunales y la máxima autoridad la representa su Asamble General, conformada por las y los comuneros con los mismos derechos y deberes. Actualmente, todas las comunidades se encuentran en procesos de saneamiento físico legal para su georeferenciación, titulación y/o ampliación de sus territorios.
La autoridades comunales demandan más interés por parte de las autoridades locales y regionales para entablar diálogo y establecer acciones articuladas que mejoren el estado de los diferentes servicios e infraestructuras que debería garantizar el Estado, a través de sus gobiernos; requieren ser escuchados y capacitados para liderar sus procesos de cambio, para gestionar el apoyo que requieren ante diferentes instancias de forma autónoma y horizontal.
Por último, en el ámbito “economía comunal”, se reveló la falta de oportunidades que existen dentro de su territorio para generar ingresos económicos dentro de las comunidades que permitan subsistir dignamente a las familias. Esta falta de oportunidades no guarda relación con a la falta de recursos, sino en la mayoría de casos, con la falta de infraestructura, tecnología y/o conocimiento para implementar proyectos productivos colectivos y sostenibles; sumado a ello, las brechas de inclusión financiera terminan de cerrar las puertas al desarrollo económico territorial de las comunidades.
Las lideresas y líderes se han planteado solicitar capacitaciones, establecer convenios para mejorar sus capacidades técnicas y productivas y esperan generar alianzas y tener el respaldo de otras organizaciones para acceder a créditos que solo se podrán realizar de la mano de estas instituciones aliadas.
El espacio generado, justamente para socializar sus planes de vida, pretende ser un puente de diálogo donde se establezcan las bases de coordinaciones más estrechas y sostenidas. En ese sentido, Luis Trevejo, director regional norte de CEDIA, enfatizó la importancia de este evento como una oportunidad para que las comunidades expongan no solo sus necesidades, sino también planteen estrategias e iniciativas a las entidades públicas para lograr implementarlas en conjunto.
Este espacio no solo representa una oportunidad para las comunidades, sino y sobre todo para las organizaciones del estado, quienes tienen el deber de establecer políticas públicas para reducir las brechas de la desigualdad económica social. Este instrumento de gestión puede ser una herramienta útil para direccionar las acciones estratégicas en los planes de desarrollo regional concertados y otros que marquen la brújula para acciones reales de cambio.
El CEDIA firme en su compromiso con las comunidades, ha venido trabajando más de 300 planes de vida en la Región Loreto y ha facilitado estos espacios de socialización y diálogo, convencidos en la viabilidad de implementar acciones articuladas que mejoren las condiciones de vida de las comunidades de la región.