Bosques tropicales: las bondades de la zona propuesta como «Área de Conservación Regional Aguas Calientes Maquía»
Por: Carmen Ruiz
La biodiversidad, o también llamada diversidad biológica, hace referencia a la gran variedad de seres vivos existentes en el planeta, variedades genéticas producidas por la evolución de las especies y por la influencia humana sobre los ecosistemas. Gran parte de nuestra economía y nuestro bienestar se basa en las bondades de la naturaleza, dependemos de ella para nuestros alimentos, vestimenta, agua, aire puro, entre otros.
Una parte de la mega diversidad del planeta la conocemos como bosques tropicales y, debido a nuestra ubicación geográfica cercana a la línea ecuatorial, el 60% de nuestro territorio está cubierto de bosques tropicales, lo que nos sitúa en la escala más alta del ranking mundial, en términos de biodiversidad. Somos el segundo país con mayor cantidad de bosques amazónicos en el mundo después de Brasil, el noveno en el planeta con extensión de bosques, y, según el Programa Nacional de Bosques, el quinto país en el ámbito mundial con mayor porcentaje de bosque primario (4%) en relación con la superficie de su territorio nacional. Estamos incluidos dentro de los 17 países más megadiversos en el mundo, que en conjunto albergan el 70% de la biodiversidad del planeta.
Mantener toda esta riqueza, conlleva a una altísima responsabilidad. Tenemos la oportunidad de demostrar que podemos manejar sosteniblemente nuestros recursos naturales y contribuir con ello a mitigar los efectos del calentamiento global. Existen diferentes maneras de contribuir responsablemente con el cuidado de los bosques. Desde organizarnos en nuestras localidades para un buen uso de un recurso natural, hasta la articulación y funcionamiento de plataformas multinivel y multi actores (gobierno local, nacional, intersectorial, sociedad civil, poblaciones locales, etc.) para la promoción de la conservación de los recursos naturales, de la riqueza turística y paisajística de un determinado lugar; entre otras formas.
En el año 2012 tuve la oportunidad de conocer una pequeña parte del bosque tropical de nuestro país: AGUAS CALIENTES, ubicada 15 kilómetros de la ciudad de Contamana en el departamento de Loreto; es una zona turística donde podemos encontrar “la unión” de dos quebradas de origen volcánico, cuyas aguas hirvientes se abren paso y discurren por medio del bosque tropical. Asimismo, pude apreciar imponentes caídas de agua y zonas de avistamiento de guacamayos multicolores. En ese tiempo, quedé maravillada con la población que vive en los alrededores de la zona turística, cuyo acceso era por una trocha carrozable (actualmente asfaltado) y por una hora tuvimos que maniobrar por parcelas, manadas de ganado dispersos en varios tramos, entre otros. Luego de mi incursión en la zona turística, regresé a Contamana con la satisfacción de haber conocido una maravilla más de la Amazonía peruana, sin predecir que cuatro años después tendría la oportunidad de retornar a esta zona como especialista en Recursos Naturales del Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico (CEDIA), socio estratégico de la Autoridad Regional Ambiental del Gobierno Regional de Loreto, con el objetivo de proteger esta zona y otras continuas a ella, con alto valor para la conservación, mediante el establecimiento de una Área de Conservación Regional (ACR), que la población local denominaría Aguas Calientes Maquia (ACM).
La propuesta del Área de Conservación Regional Aguas Calientes Maquia (ACR ACM), que se extiende por tres unidades de paisajes raros en la Amazonía (aluvial, colinoso y montañoso), presenta una innegable relevancia ecológica, económica y social para Contamana y la Región Loreto. Se destaca en ella, la presencia de fuentes de aguas termales y afloramientos de una singular belleza escénica, así como diferentes gradientes altitudinales en buen estado de conservación, donde se mantienen relativamente inalterados los recursos hídricos, flora y fauna silvestre en tres unidades de paisaje, aluvial, colinoso y montañoso.
Los esfuerzos para la protección de este espacio tan representativo para la ciudad de Contamana tienen un componente fundamental para todo proceso: el respaldo de la población local.Desde el año 1998 la población está demandando al Estado peruano, la conservación de este espacio por tres razones fundamentales:1) Es fuente de abastecimiento de agua para la ciudad de Contamana y poblaciones colindantes. 2) provee de recursos naturales hidrobiológicos, forestales y fauna silvestre[1], y 3) por su belleza paisajística que atrae año a año las miradas de turistas extranjeros y nacionales (los invitamos a ver el programa “Reportaje al Perú” de TV Perú https://youtu.be/bg4j55NhiSU para comprobar ello).
Han pasado 20 años y los esfuerzos por lograr la conservación de este espacio han aumentado. El Gobierno Regional de Loreto, articuladamente con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas – SERNANP, fuentes cooperantes y socios estratégicos como CEDIA, SPDA, DAR, ProNaturaleza, entre otros, vienen trabajando por el establecimiento de la propuesta de ACRACM.
Durante el proceso de establecimiento, es destacable la gran responsabilidad y liderazgo de las comunidades colindantes a la propuesta, sobre todo las ubicadas en la zona oeste (Alto Perillo, Canelos, Monte de los Olivos, Nuevo Canchahuaya, Nuevo Isla Baños y Nuevo Encanto de Suni) que desde el año 2007 conformaron la Asociación de Pueblos Cinco Unidos con el objetivo inicial de titular sus territorios comunales y así salvaguardar su espacio territorial, que en esas épocas se superponía a la Zona Reservada Sierra del Divisor, y luego de varios años, se convirtieron en fieles guardianes de la Amazonía, bloqueando las constantes amenazas de extracción ilegal de los recursos naturales. Pasaron años de lucha para que el Estado sanee sus territorios, hasta que en el año 2016 se categoriza la Zona Reservada Sierra del Divisor en el Parque Nacional y se liberan los territorios superpuestos a las comunidades, dejándolas aptas para su titulación.
Finalmente, el 21 de febrero del 2018, sucedió lo insólito, lo buscado, lo soñado, lo anhelado por las comunidades, y tuve la oportunidad de escuchar el retumbar del auditorio del Colegio de Abogados de Iquitos cuando el representante de la Dirección Regional Agraria (DRAL) anunció la entrega de los títulos de propiedad de las comunidades, durante un evento de presentación de planes de vida de esas mismas comunidades. Para mí, fue como recordar el gol de Perú que nos regresó a un mundial. Particularmente la noticia sacudió mis emociones, era testigo del reconocimiento a la ardua labor por más de 10 años de gestión de los pobladores en unión con las autoridades del Gobierno Regional y cooperantes como CEDIA.
Al volver a estas comunidades, luego de este hecho histórico, encontré un mayor compromiso con la conservación, se incrementó la credibilidad de las autoridades locales y regionales y aunque aún falta complementar el proceso de establecimiento del ACR ACM, ya se dio un primer logro, la titulación de 6 comunidades.
Como parte del equipo de CEDIA, que ayuda al Gobierno Regional en este proceso, culmino este breve escrito, reforzando la absoluta importancia de mantener un trabajo articulado con todos los actores vinculados al territorio y manifiesto que preservar los bosques tropicales es una iniciativa de cada uno, pero en conjunto podemos lograr muchas cosas, siempre que queramos seguir disfrutando de sus beneficios de manera sostenible.
[1] La población asentada en la zona oeste, circundante a la propuesta se dedica principalmente a actividades agropecuarias. En promedio, cada familia tiene 18.8 ha., de tierras de los cuales, el 50% está con bosque primarios, el 20% como “purma” o bosque secundario y el resto (5.7 ha en promedio) con cultivos o pasturas; también aprovechan diversos recursos de los bosques de la propuesta del ACR ACM, así tenemos que el 31% de las familias desarrollan caza el 19% extrae madera, el 10.3% pesca en algún cuerpo de agua.