A cinco años del establecimiento del Complejo de Áreas Naturales Protegidas de Güeppí
Por: Alberto Romero
Estamos en el mes del aniversario número cinco del establecimiento del complejo de Áreas Naturales Protegidas (ANP) de Güeppì, ubicado en el departamento de Loreto y vale la pena hacer un recordatorio del proceso de su constitución, su presente y futuro.
Cuando hablamos del Complejo de Áreas Naturales Protegidas de Güeppí, nos estamos refiriendo al conjunto de ANPs que comprenden el Parque Nacional Güeppí Sekime, la Reserva Comunal Airo Pai y la Reserva Comunal Huimeki; categorizados como tales al mismo tiempo en Octubre del año 2012, mediante Resolución Suprema N° 006-2012-MINAM. Este complejo comprende un vasto territorio con una extensión total de 592,750.56 ha., que se ubica en Perú, en la parte más septentrional del departamento de Loreto, provincia de Maynas, distritos de Torres Causana y Teniente Manuel Clavero, muy cerca de los límites fronterizos con las Repúblicas de Ecuador y Colombia.
Cabe acotar que por su ubicación geográfica este complejo de áreas protegidas forma parte del Programa Trinacional de Conservación y Desarrollo Sostenible del Corredor de Áreas Naturales Protegidas, junto con la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno en el Ecuador y con el Parque Nacional Natural La Paya de Colombia. Tiene como objetivo la construcción de una visión de conservación amazónica a partir de un enfoque coordinado de áreas protegidas fronterizas vecinas.
También es importante señalar que previo a su categorización definitiva, estas tres ANPs formaron parte de una superficie mayor denominada Zona Reservada de Güeppí constituida en el mes de Abril de 1997 mediante Decreto Supremo Nº 003-97-AG, con una superficie de 625,971 ha. Tuvieron que pasar más de 15 largos años, durante los cuales ocurrieron hechos y acontecimientos favorables y desfavorables que facilitaron o interfirieron en la cristalización de este complejo que inicialmente fue propuesto para ser una reserva nacional y luego, con las ideas y sugerencias recibidas, se dividieron en las tres áreas naturales mencionadas anteriormente.
Es importante destacar el decisivo papel que jugaron las comunidades nativas vecinas a este complejo, las cuales son pertenecientes a los pueblos indígenas Secoya, Kichwa y Huitoto; también es importante mencionar el rol que tuvieron las organizaciones indígenas, tales como la Organización Secoya del Perú (OISPE), la Federación Indígena Kichwa del Alto Putumayo Inti Runa (FIKAPIR) y la Organización Kichwaruna Wangurina del Alto Napo (ORKIWAN). Éstas, estuvieron en primera fila defendiendo la categorización de estas tres ANPs y además propusieron la inclusión de las dos reservas comunales que no estuvieron consideradas en la propuesta original; nos referimos a la Reserva Comunal AiroPai (gente de bosque, en idioma Secoya), y a la Reserva Comunal Huimeki (cuyo nombre alude a la relación entre nativos y mestizos, donde HUI representa a la etnia Huitoto; ME, a las poblaciones mestizas; y KI a la etnia Kichwa).
Fueron estas organizaciones, portavoces de sus comunidades afiliadas, las que asumieron una posición de defensa y protección ancestral de los recursos del bosque; y de paso, el reconocimiento de la existencia de poblaciones indígenas en esta área como expresión de un potencial cultural que tenía, igualmente, que ser tomado en cuenta.
En este proceso de categorización, también hay que resaltar los aportes y esfuerzos de diversas instituciones provenientes de la sociedad civil, nacionales e internacionales, constituidas por fuentes cooperantes, Organismos No Gubernamentales como el Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico (CEDIA), universidades y algunos organismos de investigación. Los profesionales, investigadores y amantes del bosque y la naturaleza también apostaron por la idea de conformar este complejo.
El potencial de recursos del bosque que encierra este complejo es enorme y variado. Un Inventario Biológico Rápido y Social efectuado en 2007 por The Field Museum of Chicago en las zonas de Cuyabeno (Ecuador) y Güeppí (Perú) dieron como resultado la existencia aproximadamente de 3000 a 4000 especies de plantas, de 260 a 300 especies de peces, 90 especies de anfibios, 60 especies de reptiles, 50 especies de aves y 56 especies de mamíferos medianos y grandes, además del descubrimiento de nuevas especies de plantas, peces y anfibios para la ciencia.
El potencial cultural que encierra este Complejo está representado por la presencia de pueblos indígenas que ahí viven, cada uno desarrollando su propia cultura y están organizados en comunidades nativas. Nos referimos a los Secoya, los Kichwa y los Huitoto. Los primeros, son posiblemente los más ancestrales; que en determinado momento llegaron a expandirse por las cuencas de los ríos Alto Napo, el Aguarico, el Lagartococha, el curso del río Putumayo y sus afluentes Yaricaya, Angusilla, Yubineto y Campuya. Los Kichwa, según algunas versiones, son descendientes de los Quijos, ubicados en el actual territorio del Ecuador, que fueron traídos al Perú por los patrones caucheros a inicios del Siglo XX y cuyo dialecto se consolida por acción de los misioneros durante sus labores de evangelización, ocupando primero la zona del río Alto Napo y luego, producto de movimientos migratorios de una parte del Putumayo. Por otro lado, los Huitoto, cuyos ancestros fueron de la región del Caquetá, fueron traídos por los misioneros como consecuencia de las correrías para la explotación del Caucho.
Actualmente, la administración de este Complejo está a cargo de una Jefatura que forma parte del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP). Ésta tiene como principal misión la conservación y protección de los ecosistemas, paisajes y especies que allí habitan, especialmente las amenazadas, las endémicas y que han sufrido una fuerte presión en sus niveles poblacionales. Además, en el caso concreto de las dos reservas comunales, éstas tienen como fin promover la conservación participativa de las diferentes muestras biológicas y culturales, las zonas de vida tradicional, los lugares sagrados y el manejo sostenible de los recursos para beneficio de las poblaciones vecinas locales tanto étnicas como mestizas.
Hoy en día, la administración de este Complejo enfrenta distintas circunstancias y amenazas, como por ejemplo el incremento de la población ubicada en sus áreas circundantes, la extracción ilegal de recursos en algunos de sus sectores periféricos que debe ser combatido en alianza con las poblaciones vecinas, la falta de una mayor infraestructura y recursos económicos y humanos para mejorar las actividades de vigilancia. Pero también hay potencialidades que se deben tomar en cuenta, como el turismo que puede ser una fuente de recursos económicos que contribuya al mantenimiento de estas áreas, así como el aprovechamiento de recursos hidrobiológicos existentes mediante planes de manejo.
Una gestión eficiente de este Complejo de ANPs depende de los mecanismos e instrumentos que se implementen con tal fin. A este respecto, el Parque Nacional Güeppí Sekime ya cuenta con su Plan Maestro, en cuyo proceso CEDIA participó activamente; fue elaborado de manera participativa a través de múltiples talleres que contaron con la asistencia de diversos actores locales y regionales. Adicionalmente, -también con el apoyo de CEDIA- la Reserva Comunal Airo Pai cuenta con su respectivo órgano co-ejecutor como es el Ejecutor del Contrato de Administración Sieko Pai -ECA SIEKO PAI-, debidamente reconocido por el SERNANP mediante Resolución Directoral Nº 041-2017-SERNANP-DGANP expedida en el mes de Junio del presente año. Sin embargo queda pendiente la implementación de otros instrumentos, como los planes maestros de las dos reservas comunales, la creación de los comités de gestión de estas tres ANPs y la constitución del Ejecutor de Contrato de Administración de la Reserva Comunal Huimeki, con los cuales se completarán los ejes principales para la gestión de estas áreas y sus entornos.
Hay un papel importante que le toca desarrollar a las comunidades nativas y sus organizaciones representativas que de manera organizada deben participar apoyando al SERNANP en la gestión de estas tres áreas. Para ello es necesario que se capaciten y asuman con responsabilidad esta tarea. Si antes fueron las que conservaron el bosque existente en todo este territorio en base a una convivencia armónica con la naturaleza, hoy les toca mantener esa misma actitud, convirtiéndose en los principales vigilantes de estas ANPs.
Para CEDIA ha sido grato haber brindado nuestra colaboración y asistencia técnica, tanto a la Jefatura de estas tres áreas como a la administración del SERNANP, en las diversas oportunidades que hemos sido convocados, participando en la ejecución de determinadas actividades. Concretamente, entre el 2009 al 2012, a través del Proyecto “Putumayo Tres Fronteras” participamos en el reconocimiento y titulación de 06 comunidades nativas y la ampliación de 02 comunidades ubicadas todas en la zona del río Putumayo; y luego, desde el 2016, a través del Proyecto “Ampliación de la Reserva Comunal Airo Pai”, financiado por la entidad cooperante Rainforest Trust, venimos apoyando en la implementación de los instrumentos de la administración de este Complejo, tales como sus planes maestros, los comités de administración y en la constitución de los Ejecutores de Contrato de Administración (ECAs) de las dos reservas comunales. Mantenemos esa misma disposición a futuro con el objetivo final de lograr la consolidación de este Complejo de áreas, esperando que siga alcanzando nuevos y mayores logros en los siguientes años, para beneficio de las generaciones presentes y futuras y contribuyendo, de esta manera, a la conservación de nuestro planeta que es nuestra casa.
Al terminar esta nota, desde CEDIA expresamos nuestro fraterno saludo a la Jefatura de este complejo de ANPs por este nuevo aniversario, así como a su personal profesional y técnico, deseándoles toda clase de éxitos y una acertada gestión que involucre la participación de las poblaciones colindantes a dichas áreas.