A dos años del establecimiento del Parque Nacional Sierra del Divisor
Por: Candy Vilela y Dani Rivera
El 7 de noviembre del año 2015, el Presidente de la República de ese entonces, visitó la Comunidad Nativa Nuevo Saposoa para firmar, en presencia de los representantes de los pueblos indígenas y campesinos que así lo habían solicitado, el Decreto Supremo de Creación del Parque Nacional Sierra del Divisor (DS N° 014-2015-MINAM). Si bien todos estábamos sumamente emocionados celebrando, sabíamos que era el primer paso de un arduo trabajo que recién había empezado. Han pasado 2 años desde el establecimiento del Parque Nacional Sierra del Divisor (PNSD) y, en este tiempo, se han alcanzado logros extraordinarios en materia de gestión.
Un ejemplo claro ha sido la aprobación de su primer Plan Maestro, exactamente a un año de haberse establecido. Ello fue prácticamente un récord para un área de esa extensión y complejidad, un logro que ha sido posible gracias al exhaustivo trabajo y compromiso del equipo del Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado (SERNANP), con el apoyo técnico y financiero del Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico (CEDIA) en el marco del Proyecto Conservación Participativa financiado por Rainforest Trust. Este Plan Maestro fue fruto de doce reuniones participativas y descentralizadas que contaron con más de doscientos representantes de comunidades nativas y campesinas, instituciones públicas y privadas, empresas y representantes de la sociedad civil.
El segundo año de gestión estuvo abocado a la conformación del Comité de Gestión (CdG), un espacio de participación para la cogestión de las ANP. En agosto del presente año, el CdG del PNSD fue reconocido por el SERNANP. Actualmente CEDIA ocupa el cargo de Presidente por los próximos dos años. Entre las funciones más importantes del CdG está acompañar las actividades del Plan Maestro, a través de su comisión ejecutiva y representantes de los grupos de interés.
Cuando, hace poco más de dos años, las comunidades nativas estuvieron en Lima demandando al Estado peruano el establecimiento del PNSD; teníamos ante nosotros una clara muestra del nivel de involucramiento que tienen actualmente las comunidades locales con las Áreas Naturales Protegidas. Ésta es una relación que CEDIA ha tratado de promover durante el acompañamiento técnico a las 9 ANP que ha apoyado a establecer y/o a gestionar.
El establecimiento del área ha permitido que durante estos dos años 7 comunidades nativas y 2 campesinas, colindantes con el área, puedan obtener sus títulos de propiedad. Tres comunidades campesinas más están en proceso. El trabajo constante de fortalecimiento con las comunidades también se refleja en el fortalecimiento de sus organizaciones como en el caso de la Asociación “5 Unidos” y en el reconocimiento de la importancia de la conservación por parte de las comunidades aledañas, quiénes han reflejado esta preocupación, en sus planes de vida.
Además de ser una zona prioritaria para la conservación, en capacidad de brindar invaluables servicios ambientales a las comunidades locales y a las ciudades aledañas, el PNSD posee un valor cultural que se refleja no solo en las comunidades que lo rodean sino en los pueblos indígenas en aislamiento que se encuentran dentro del área. Nos referimos a la Reserva Indígena Isconahua ubicada en el extremo sur del área y a las propuestas de Reservas Indígenas “Sierra del Divisor Occidental” y “Yavarí – Tapiche” ubicadas en el extremo oeste y norte respectivamente. La presencia de estos pueblos es sin duda un reflejo del buen estado de conservación de la misma, pero sobre todo un reto para la gestión del Parque.
En este punto específico debemos resaltar los esfuerzos que se han realizado desde el SERNANP para lograr la participación del sector competente en materia de pueblos aislados, es decir la Dirección de Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial del Ministerio de Cultura en los procesos participativos de elaboración del Plan Maestro. Se ha contemplado la elaboración de los respectivos planes de contingencia y otros instrumentos específicos que toman en consideración la presencia de pueblos indígenas no contactados y su cuidado.
Cabe indicar que los beneficios de ésta ANP no han quedado solo en manos del SERNANP, pues la propuesta del Gobierno Regional de Loreto para el establecimiento del Área de Conservación Regional “Aguas calientes”, propuesta para la pequeña sección que hasta ahora se mantiene como Zona Reservada, cuenta con el total apoyo de la población de Contamana y otras poblaciones cercanas.
Generar espacios de articulación y coordinación entre los tomadores de decisión, visibilizando la realidad de los pueblos indígenas, es para instituciones como CEDIA un gran logro, especialmente cuando se trata de generar salvaguardas para la protección de pueblos indígenas y sus territorios. Como presidentes del Comité de Gestión del PNSD, CEDIA sigue comprometido con el fortalecimiento de la gestión participativa de esta ANP, para su conservación, la protección de los pueblos en aislamiento que en ella habitan y el beneficio de las poblaciones colindantes.
Asimismo, se espera que dicha ANP cuente con todas las herramientas y recursos para hacer frente a los peligros que amenazan sus fronteras: desde las “tradicionales” tala y minería ilegal, hasta cultivos destinados al narcotráfico y actividades legales con miras a un desarrollo [no tan] sostenible.