Los bosques en el Perú: aportes de CEDIA para su protección y conservación
Por: Rony Villanueva y Luis Trevejo
El Perú cuenta con 73.973 millones de hectáreas de bosques, ocupando el 9no lugar a nivel mundial y el 2do lugar en Sudamérica en lo que respecta a superficie boscosa[1], esto gracias a que más de la mitad del territorio del país está cubierto de bosque:57.3% del territorio nacional. La superficie boscosa en el Perú se encuentra ubicada en diferentes proporciones en las tres regiones, existiendo un total de 42 tipos de bosques[2] agrupados en tres grandes bloques: bosques secos (3.2%), bosques montanos andinos (0.2%) y bosques húmedos (53.9%); cubriendo en total el 57.3% del territorio nacional.
Los bosques cumplen funciones muy importantes en la tierra como: mantener las fuentes de agua; regular el clima; capturar carbono; brindar servicios ambientales; y, principalmente, son fuentes de alimento, medicina, combustible, entre otros, para los seres vivos que dependemos indirectamente de ellos y de las poblaciones que dependen directamente para realizar sus actividades socio culturales.
En el Perú, los bosques se encuentran amenazados y vienen sufriendo un impacto negativo desde hace muchos años, ya sea por actividades humanas o efectos propios de la naturaleza. Esto se refleja en la alta tasa de deforestación y degradación existente, la cual, según las recientes mediciones realizadas por el Ministerio de Agricultura y el Ministerio del Ambiente, con el apoyo de la Sala de Observaciones de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica – OTCA, entre los años 2001 – 2015, el Perú ha perdido un total de 1 809 590 ha de bosque, siendo el departamento de San Martín el que perdió mayor cantidad de bosque en ese período (382,058 ha). Según el Proyecto de Monitoreo de la Amazonia Peruana (MAAP) en su reporte #68, en el 2017 se perdió un estimado de 45,000 ha de bosque a nivel nacional hasta el 17 de agosto de ese año[3]
Los cambios o alteraciones de la cobertura boscosa ocasionados por la deforestación y degradación, vienen generando cambios bruscos en la temperatura conocido como cambio climático. Estos cambios que se manifiestan de diferentes formas: sequías, inundaciones, derretimiento de los glaciares, etc.; afectan al planeta y a sus habitantes.
Para controlar y equilibrar este proceso acelerado de deforestación de bosques en el Perú, existen iniciativas de instituciones públicas y privadas que buscan establecer áreas donde se puedan proteger los recursos tanto de flora y fauna en sus diferentes modalidades de conservación -Áreas Naturales Protegidas -ANP, Áreas de Conservación Regional -ACR y Áreas de Conservación Privada- ACP. Otros medio de protección indirecta de los bosques (pues su objetivo primordial es la protección son los pueblos en aislamiento , pero que han resultado ser extremadamente efectivos, son las Reservas Territoriales-RT, Reservas Indígenas–RI y el reconocimiento de los derechos ancestrales de comunidades nativas, ribereñas y campesinas, por medio del saneamiento físico legal de las comunidades que dependen directamente del bosque y constituyen legítimas guardianes de los recursos de la flora y de fauna existente en el bosque.
Actualmente el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado – SERNANP aporta a la protección y conservación de la flora y fauna en el Perú con 19 456 485.59 ha, las Áreas de Conservación Regional con 2 838,491.47 ha y las Áreas de Conservación Privada con 366,113.50 ha, sumando un total de 22 633, 586.44 ha de áreas naturales protegidas en sus diferentes modalidades[4].
Otro de los mecanismos de conservación y protección de flora y fauna en el Perú es a través de las Reservas Territoriales en beneficio de los pueblos indígenas en situación de aislamiento o contacto inicial. Éstas han sido establecidas según la Ley N°22175, donde se destina 2 400,000 ha[5] con el fin de proteger la integridad y darle seguridad territorial a los indígenas que viven en aislamiento voluntario.
Con el saneamiento físico legal de las comunidades también se contribuye a la conservación de los bosques en el Perú, debido a que las comunidades que viven del bosque y en el bosque hacen un adecuado aprovechamiento de los recursos y son guardianes celosos de sus recursos, pues son conscientes de que el bosque es su principal despensa para poder subsistir y si éste no existiera no tendrían de donde obtener recursos por lo que tendrían que migrar a otros lugares en busca de éstos.
Hasta el 2016, de acuerdo al estudio “Tierras comunales: más que preservar el pasado es asegurar el futuro”; que realizó el colectivo Territorio Seguros se contabilizó que existen 10,529 comunidades indígenas en el Perú, de las cuales 6,538 comunidades, campesinas y nativas, se encuentran tituladas; sumando un total de 36,214,163 ha en total.[6]
El Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico (CEDIA), en base a sus principios apoya, desde hace 36 años, en el saneamiento físico y legal de las comunidades nativas, ribereñas y campesinas; al establecimiento y gestión de áreas naturales protegidas; y al establecimiento de Reservas Indígenas y Territoriales. Apoyando así hasta la fecha a más de 250 comunidades en la titulación de sus territorios comunales (más de 3,649,359.824 ha), el establecimiento y gestión de 09 áreas naturales protegidas en el Perú (3,293,087.02 ha) y el apoyo al establecimiento de 02 reservas territoriales y/o Indígenas (1,330,077.00 ha).
Apoyo a Comunidades Nativas y Campesinas en la titulación de sus territorios:
Apoyo en el establecimiento y gestión de Áreas Naturales Protegidas:
Apoyo para el establecimiento de Reservas Indígenas y territoriales
Actualmente CEDIA está apoyando a 37 comunidades nativas y campesinas ubicadas en los ríos Napo, Putumayo, Curaray, Ucayali, Tapiche y Blanco en el proceso de saneamiento físico legal de sus territorios, sumando un total de 411,725.24 ha., así como con la gestión y establecimiento de 02 Propuestas de Áreas de Conservación Regional, haciendo un total de 376,789.20 ha.
Si bien existen estas iniciativas para la protección de los bosques en el Perú, la tasa de deforestación y degradación de los bosques está aumentando de manera significativa debido a que no existe un buen control en la aplicación de la normativa peruana con relación al aprovechamiento de los recursos. Por tanto, la informalidad es la que prima a nivel nacional en todos los sectores, donde muchos de los empresarios hacen caso omiso a la normativa y existen funcionarios que de una u otra forma se prestan para cubrir estos actos que van en contra de las normas y el estado de conservación de los bosques.
Desde sus inicios CEDIA tiene presente que al apoyar a las comunidades en el saneamiento físico legal también se está apoyando a cuidar y proteger los bosques. Por ello nuestro lema es: “Una hectárea de bosque titulado de una comunidad, es una hectárea de bosque conservado y protegido”.
[1] Según la FAO: Evaluación de los recursos forestales mundiales 2015
[2] Según el mapa de cobertura vegetal 2015 – MINAM
[3] Los estimados se apoyan en el análisis de datos generados por el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático del Ministerio del Ambiente del Perú (PNCB/MINAM
[4] Según: SERNANP e INEI, actualizado al 11 de enero de 2018
[5] Fuente: Ministerio de Cultura
[6] Estas cifras son producto de una comparación de datos de tres fuentes oficiales hecha por SICCAM (CEPES, IBC): Directorio de Comunidades Campesinas 1998 (PETT), Base de datos Comunidades Campesinas 2010 (COFOPRI) y del Base de datos Comunidades Campesinas Marzo 2016 (Ente Rector- MINAGRI)